
Este último sábado del mes de mayo, a las doce del mediodía los siete niños y niñas que, aunque en condiciones excepcionales por razón de la pandemia han tenido que realizar su catequesis de manera telemática, por zoom, pudieron acercarse al altar y tomar por primera vez el pan de la comunión. La covid19 no pudo impedir este año que nuestras primeras comuniones, al menos en el templo, fueran al modo de la normalidad de antes de la pandemia.
Fue una celebración sencilla y cercana dirigida por las catequistas María Jesús y Tachu. Los comulgantes, acompañados de papas, hermanos y abuelos, participaron en varios momentos de la celebración. Leyeron las lecturas, las peticiones en las que se hizo constante mención a los afectados por la pandemia. Subieron al altar en el momento de las ofrendas los dones con los que expresaban sus deseos y compromiso de ser también ellos amigos del <amigo más genial>, que es Jesús.
El párroco, que presidió la celebración de la eucaristía señaló que ese día daba la palabra a los niños para que leyeran ante sus familiares y amigos las cartas que escribieron a Jesús compartiéndole sus sentimientos de ese día y pidiéndole que les ayude a ser siempre sus amigos.
También el P. Miguel Angel tuvo unas palabras para los papás motivándoles a que dejen que sus hijos puedan dar continuidad a la bonita relación de amistad que en estos dos años de catequesis se ha estrechado entre Jesús y sus hijos.
Y como parte de la vieja normalidad, terminada la celebración, trabajo para los fotógrafos para registrar detalles de un día memorable que quedará para siempre en la retina de pequeños y grandes.