Como hiciéramos el año pasado, queremos prepararnos debidamente a la fiesta de Pentecostés, que es el próximo domingo haciendo un rato de vigilia, al igual que los apóstoles, para esperar, vigilantes y atentos, la llegada del Espíritu Santo, en la tarde del sábado, seguido de la eucaristía.
Esta vigilia de oración y encuentro forma parte también de las distintas actividades que, a lo largo de este mes de junio, vamos a hacer para dar gracias a Dios por las bodas de plata de nuestro templo parroquial.
Esperar en vigilia la celebración de Pentecostés es ya una tradición en la Iglesia. Muchas son las parroquias en las que en esta noche se encuentran los seguidores de Jesús para orar pidiendo que Dios derrame sobre su Iglesia el don de su Espíritu y que este Espíritu venga todos con sus dones, donde que si los ponemos al servicio de la comunidad, serán nuestra granito de arena a mejorar este mundo tan incierto y con tantos nubarrones en el horizonte.