
El pasado martes, más de una docena de miembros del grupo que antes de la pandemia se reunía para los <encuentros con Jesús de Nazaret y San Agustín> volvió nuevamente, después de casi dos años, a encontrarse y reiniciar su andadura.
Varios miembros excusaron su asistencia por otros compromisos personales y familiares, pero han manifestado su deseo de continuar y seguir perteneciendo al grupo, lo que hace pensar que se siente necesidad de acercarnos al Maestro por medio de su Palabra, y a San Agustín, que siempre ofrece una sabia y oportuna interpretación del evangelio.
Este primer encuentro se dedicó íntegramente a compartir la experiencia vivida en estos meses de pandemia y cómo se sienten todos en estos momentos en los que parece que parece que baja la incidencia de la pandemia.
Uno a uno, fueron diciendo cómo lo han pasado. Todos los testimonios muy emotivos, pero especialmente el de Mar, que trabaja en la residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres en la que fallecieron catorce de los residentes. No es fácil librar esta batalla en la primera línea de combate. Por eso, al contarlo, se le cortaba la voz y se le salían las lágrimas.
Para otros, lejos de ser el confinamiento una experiencia amarga, ha sido un tiempo de gracia que les ha permitido, vivir más intensamente la vida familia, orar y meditar más que cuando no habido pandemia.
El párroco propuso seguir en lo adelante el ritmo de la liturgia de la Iglesia organizada en base a tres ciclos que cada tres años dan la vuelta. Como la pandemia interrumpió los encuentros, se volverán a reflexionar los mismos temas de antes del Covid y a todos les pareció bien.
En total se encontraron trece personas, de las cuales dos asistieron por primera vez. Esperemos que un mayor número de personas inquietas por conocer más de Jesús de Nazaret y de San Agustín vayan acercándose a estos encuentros y participar en ellos.